19.11.08

¡EUREKA!

 Se pone lo que sigue porque la Junta de Rectores se sienten perseguidos por poco paranoicos que sean. Es que los persiguen. Es que persiguen a quien se les cruza, porque el socialismo se dice perseguido eternamente mientras da caza a los demás. Es su método y no escarmientan, porque acaba fallándoles al menor descuido.  Por eso mismo, debajo se contemplan algunos fallos catatónicos de Mister Rubalcaba.

¡Eureka! que, como saben todos, quiere decir "¡Arrea!" en griego clásico de Siracusa, cuando los sabios se daban un baño en plena Guerra Púnica.

Rubalcaba al cabo ha dado una pista sobre estos gobiernos erráticos que nos gastamos. Ha dicho a su Tele favorita que la gente presionada se equivoca más fácilmente. Y no me negará que, entre la memoria, la mitomanía que se gastan, el miedo a la Eta y el pueblo que pide a gritos justicia mientras le soplan casas, coches y dineros, la mucosidad socialista no anda presionada por la búsqueda de pañuelo. Por no hablar de lo que servidor piensa, que debe presionar lo suyo por telepatía o por auxilio de Santa Maravillas: La propaganda esquizoide, maníaca, está dando a entender que ser santo o santa es un demérito para estar bien considerado hoy.

   Incluso ha salido el Rojo Primero quitando importancia a según que conciencias que no toleran recuerdos de santos en las proximidades. Al referirse a Bono, nos ha comunicado con su sintaxis macabea: "Eso reza un avemaría y se le perdona."  ¿ Llama "eso" a todo un presidente de las Cortes? ¿Sabe, quizá, que el avemaría, cuando lleva delante un artículo indeterminado, como una, se dice en femenino? El mujerío silvestre le va a meter un puro.

¿ Y quién se lo perdonará mediante avemaría?  ¿Garzón? ¿Quizá el fantasma de Largo Caballero o es negociado del Padre Stalin? Anda la de rosarios que se va a tener que pasar él, aunque sólo sea por vegetar en las compañías que vegeta.

-¿No irás a decirme, falangista iluso, que te has creído a Rubalcaba, aún con el método de considerar al revés lo que da por verdad televisada?

-No es por darle la vuelta sino por considerar por qué se le ha ocurrido decir esas cosas que nadie le pedía, como el triunfo de los 500 muertos menos. Él, que sabe perfectamente que no se pueden valorar al peso ni la vida ni la muerte, porque fue católico en un momento de debilidad. Ni considerarlas al número. La vida es una, como la muerte es otra: no hay quinientas vidas más tras las 500 muertes menos. Además, alguien habría cuidado de abortarlas.

   Una vida perdida es una diferencia absoluta con la que se tuvo hasta minutos antes del óbito o, al menos, del obituario. Como entre el ser y la nada. La diferencia entre ser Rubalcaba, pongamos, y no serlo más. ¿Dirías "y no serlo quinientas veces"? No hay más que una nada, aunque la repitas durante el infinito, que tampoco existe.

  Gentes hay que se fingen gentes bobas y crean, o permiten crear, bobadas muy aparentes y doctrinarias, como observatorios contra la publicidad femenina sexista. Cometen el resbalón de no decir, como suelen, "de género." ¿O es que hay mujeres asexuadas? Porque la mujer es como se llama al humano hembra. Si no es hembra, no es mujer: se trata una condición lógica y biológica: no querrán que la llamemos antílope, ¿eh? Otra cosa es que los bobalicones llamen "sexo", al estilo anglosajón de película, a uno o varios órganos de la copulación, que tienen más claros nombres en castellano. No los diré, coño.

Por eso la aparición, fotográfica o descriptiva, de mujer en anuncio, aunque aparezca tapada hasta las orejas, es asunto de sexo. Ser hombre o mujer es un asunto de sexo, aunque no los mire ese observatorio confuso. Y si lo que de verdad quieren decir es que en los anuncios salen mujeres muy sugerentes, que les pregunten a ellas qué quieren sugerir. ¿Apareamientos a lo loco? Hay un sitio donde se aparecen muchas mujeres, y vestidas de forma sorprendente, ante las cámaras y los ojos: el Congreso y no acabo de suponer, ni que lo niegue Rubalcaba, que están ahí para sugerir apareamientos. Sería locura que lo intentaran siquiera.

-¿Y los hombres, tito?
-Ellos sí, pero no saben cómo ser sugerentes en eso de la apareación. Apareación, que se note, es neologismo para denotar modernidad.

O sea, y en resumen, palabrita de Rubalcaba.

Arturo ROBSY, del Observatorio del IMPÉTIGO.


En la Facultad de Falange aguarda una bonita información de Carlos C. Estremera sobre algo así, pero en unidades contables que fueron ECUs y ahora las han bautizado como Euros. Con botellazo en el casco y todo.

http://facultaddefalange10.blogspot.com

17.1.07

FABRIQUE SU PROPIA PARÁBOLA

Sea hombre y tome el pelo a sus coetáneos. Y además, ¡a costa de los camellos!, simpáticos animales que dan mucha risa tratados en la intimidad. Aproveche la paradoja.

Esta foto se trata de una vista cenital, a pura perpendicular, de una banda de camellos en el desierto, pero no deje que le engañen sus ojos, porqué ahí está la parábola del falso dromedario negro.

Usted no ve los dromedarios que cree. Ni mucho menos, como cuando le sale un Preasidente y usted se imagina que lo tiene ante los ojos. Y es que la realidad es volátil y tan engañosa como Pepe Blanco o el mismo ZP. O sea, vivir para no ver.

Hágase la Parábola: había una vez una familia de camellos que vagaba por el desierto pensando en qué consiste el ser del camello, animal feo pero de alma blanca. ¿Quién nos verá como somos? Nadie, les dijo el Diablo para malmeter. Si la gente se engaña con los reyes, qué no hará con con unos camellos extravagantes? Este mundo es todo sombra, hasta la noche, en que se convierte en crujir de dientes. Y etcétera. No ahorre palabras.

Pero usted ve los camellos, ¿no es eso? No, pero ahora los verá: a las patas de cada bicho con joroba que usted cree ver (y no ve), hay una mancha blanca: el lomo del camello verdadero que vaga por las dunas. La forma de dromedario es su sombra, que se alarga sobre la arena. O sea, el verdadero camello no lo parece, como mandan las leyes universales del sufragio universal.

O sea, mantenga fresco el espíritu y mire bien.

El Rector Agapito y Medio.

11.1.07

TERCER AÑO TRIUNFAL ALGO CONFUSO


Alla por el lejano diciembre la Vicepresidente Mª Teresa, para defenderse de opiniones como las suyas propias sobre los enemigos, vino a decir lo que todos los políticos de cabotaje desde que el mundo es: " No se puede pensar que algo así suceda en pleno año 711. No vivimos en la antigüedad" Luego sucede todo lo que debe suceder pero la gente se ha mantenido relajada y dócil gracias al Razonamiento de la Edad Antichapuzas.

En aquella ocasión del renqueante Diciembre del 2006, embellecía el razonamiento falso con un pitonazo de burocracia triunfalista: "Siendo, como somos, la noventa potencia industrial del mundo". Y me gustaría creerla, como creer a ZP cuando se exprimió las aguas cerebrales con aquello de estar hoy mejor que hace un año, y sucesivamente: es la fe ciega en el porgreso: tan ciega que ni siquiera reconoce la posibilidad de "estar hoy" mucho peor que hace 11 días, porque el socialismo es artículo de fe. Una religión de dos siglos que se basa en que nada hay fijo salvo el hecho de que el jefe lleva razón a las cuatro ruedas.

El 10 de Enero, ya en el 2007, se desarrolló una pendencia de lujo: Los del Psoe provocan una manifestación "Por la paz", que es como han venido llamando en 9 meses a las conversaciones de Eta. Nadie escarmienta. Irán los sindicatos rojos, las víctimas rojas, tan minoritarias e iban a acudir las asociaciones migrantes, pero reculan porque nadie habla ni de acabar con Eta ni de conseguir libertad en serio. No están tan adocenados aún y ven a ausencia de cualquier voluntad de vencer.

En "Cincuenta y nueve segundos" para echar balones fuera, los que sí irán a la mani, muy enfadados de que otros tantos no tranguen ni con eso ni con el comunicado de Eta que, pese a los muertos y los estragos, afirman seguir en el alto el fuego, tienen un rapto de originalidad y llaman extrema derecha a todos los que no tragan, especialmente al PP y a la Asociación de Víctimas del Terrorismo, porque con actitudes como esa, querer que se castigue al asesino y al delincuente, dificutarán el proceso de paz.

Tras leerse la chuleta coinciden todos: no habrá paz sin diálogo político. Y, en uno de los intermedios, se cuela el señor Rajoy, que lleva prisa, y declara que ya somos la octava potencia industrial del universo. No parece que en intelecto. Hay qué ver cómo desde Diciembre a enero hemos ganado un puesto mundial en la industria.

O sea, ¿qué tendrá que ver la realidad con los fervorines necesarios? ¿Qué importa que la Consti sin alas reconozca el derecho de todos a recibir información verídica? Pero cuando les da por la verdad sin paños, las cosas se ponen más "tipo" aborto & eutanasia: Había una queja en las noticias del mismo 11 de Enero: como la gente, por miedo a los puntos de carné, es cobarde y se mata menos en las carreteras, nuestra primacía mundial en el negocio de transplantes va bajando, aunque seguimos como campeones.

De hecho, la vida para unos se basa en la muerte de otros, que aprovechan los cascajos, pero que, mirado en frío, hace mal efecto. A ver cuándo se mata un joven, que me hace falta un riñón de larga duración, o una cara enterita que con la mía di contra un quitamiedos.

No entro en lo moral sino en lo feo que contemplan con espectativas económicas y burocráticas, como debe ser.

En resumidas cuentas, la verdad va según la ideología parlante. El PP y sus seguidores se distingue porque reconoce que la Eta posee novecientas víctimas mortales, o sea un pacífico capital. El Psoe y sus secuaces, habla de los 800 muertos que atesora la Eta, o sea, alivia el bulto por espíritu de cuerpo. A veces algún comunista se envalentona en días feriados y habla de setecientos muertos y pico y finge no oír al venezolano Chávez que grita muy fuerte lo de Socialismo o Muerte, como Fidel, sólo que con pretróleo.

Pues va a ser muerte.

Y esto es lo que hay: todos manipulan todo, nuestras narices incluídas y no dejan decir lo que sólo he oído en los últimos tiempos atribuido a un terrorista moruno del Cuerno de África: "Sólo la victoria trae la paz". "Sin victoria, todo vuelve". Ni que hubiera visto el proceso de paz sin pantalones que manejamos por aquí, donde sabemos de siempre que si no vencemos del todo somos derrotados. Pero hacemos como si no se nos ocurriera, porque para eso tratamos, en la óptica zapatera, con buenos ciudadanos.

Menos mal que el vencido Zapatero, que no sabe gran cosa de milicia verdadera, está empecinado por la parte del diálogo y sigue pertinaz y contumaz con ojeras, sin voluntad de vencer. Ni siquiera de despiojar. Así que perderá.

Lo importante: no dejar que nos caiga encima. Y si hay que devolver el carné, se devuelve.

El Rector Magnífico

1.1.07

PARA UNA MEMORIA Y UN NÜREMBERG




Por un pueblo bien robado

22.12.06

DIOS NOS LA DEPARE BUENA

Desde Trapisonda se dice casi a diario que el gran origen de nuestra convivencia deteriorada estuvo en la invasión liberal, apresurada y, además, apoyada por las águilas de Napoleón en su etapa final.

Liberalismo, masonería, gabachos y napoleones acabaron con la poco boyante España de Carlos IV y Fernando VII

Ya estamos en el bicentenario

Por José Mª Espinosa de los Monteros Jaraquemada

REALMENTE hasta mayo del 2008 no se iniciarán las conmemoraciones oficiales de los doscientos años del inicio de la Guerra de la Independencia española. Pero no debemos quedarnos en acontecimientos puntuales, sino iniciar con anterioridad estudios e investigaciones de los sucesos que llevaron a España y a los españoles a entrar en la modernidad que suponían el liberalismo y el final del Antiguo Régimen. La Guerra de la Independencia es el acontecimiento que, sin lugar a dudas, une a todos los españoles. Que puede suscitar polémica... ¡evidentemente!

Otro bicentenario inexorablemente unido al de la Guerra de la Independencia es el de la Constitución de Cádiz. En la Historia no podemos guiarnos por lo que hubiera podido ocurrir y no ocurrió, pero ¿podemos imaginarnos qué hubiera pasado si el mariscal Víctor hubiera doblegado a los resistentes gaditanos? No teníamos como Portugal a nuestro soberano en América; nuestro soberano, José I por orden de Napoleón, estaba en Madrid. No debemos tampoco olvidar el comienzo de la transformación del antaño Imperio español. A lo largo del siglo XIX se fueron generando las naciones políticas iberoamericanas que doscientos años después disfrutan de una lengua y un patrimonio cultural español común. Como vemos, se aproximan, están ahí mismo los bicentenarios de acontecimientos trascendentales para la historia y el presente de España y el de las ex colonias americanas.

Ya estamos en el bicentenario
Ya estamos en el bicentenario
Por José Mª Espinosa de los Monteros Jaraquemada
REALMENTE hasta mayo del 2008 no se iniciarán las conmemoraciones oficiales de los doscientos años del inicio de la Guerra de la Independencia española. Pero no debemos quedarnos en acontecimientos puntuales, sino iniciar con anterioridad estudios e investigaciones de los sucesos que llevaron a España y a los españoles a entrar en la modernidad que suponían el liberalismo y el final del Antiguo Régimen. La Guerra de la Independencia es el acontecimiento que, sin lugar a dudas, une a todos los españoles. Que puede suscitar polémica... ¡evidentemente!
Otro bicentenario inexorablemente unido al de la Guerra de la Independencia es el de la Constitución de Cádiz. En la Historia no podemos guiarnos por lo que hubiera podido ocurrir y no ocurrió, pero ¿podemos imaginarnos qué hubiera pasado si el mariscal Víctor hubiera doblegado a los resistentes gaditanos? No teníamos como Portugal a nuestro soberano en América; nuestro soberano, José I por orden de Napoleón, estaba en Madrid. No debemos tampoco olvidar el comienzo de la transformación del antaño Imperio español. A lo largo del siglo XIX se fueron generando las naciones políticas iberoamericanas que doscientos años después disfrutan de una lengua y un patrimonio cultural español común. Como vemos, se aproximan, están ahí mismo los bicentenarios de acontecimientos trascendentales para la historia y el presente de España y el de las ex colonias americanas.
El compromiso adquirido por «El Foro para el Estudio de la Historia Militar de España» viene definido en sus estatutos: «Promoción del estudio de la Historia Militar de España y, en concreto, del hecho histórico de la Guerra de la Independencia y su época, así como la representación, defensa y promoción de los intereses culturales de sus asociados, siendo vía de diálogo efectivo entre los asociados y las instituciones». Bajo esta premisa, el Foro lo formamos personas amantes de la Historia y provenientes de diferentes campos profesionales y de diversos países: portugueses, franceses, italianos, polacos, británicos, norteamericanos y españoles. Todos unidos con el fin de investigar los acontecimientos que durante aquellos años cambiaron España de una manera radical.
No podemos tampoco olvidar a los españoles que por diversas razones se unieron al rey José, que formaron parte de su Ejército, de su Administración o a otros muchos que lucharon encuadrados en la propia «Grand Armée». Pasados los años, a su retorno del exilio, como muchos liberales, pasaron a formar parte de la elite de nuestro país, participando en su desarrollo político y económico junto con los constitucionalistas de Cádiz.
Por todo ello, estamos en vías de publicar -con el fin de divulgar nuestros conocimientos, actividades e investigaciones- los «Cuadernos del Bicentenario». En ellos se brinda la oportunidad de publicar artículos sobre la Guerra de la Independencia y su época, no sólo a los miembros del Foro, sino a todo aquél que sienta la inquietud del bicentenario.
La proximidad del bicentenario debe dar motivos para una cierta reflexión. La España de 1908, la del primer centenario, dista mucho de la actual. Aquella España hacía diez años que había dejado de ser una potencia importante después de la guerra de 1898 y apenas acababa de recuperar su pulso anterior. España parecía muy pequeña con respecto a los otros Estados de Europa, que atravesaban un verdadero auge de expansión colonial. El caso español era el de una dolorosa retracción. En consecuencia, la conmemoración del centenario intentaba recuperar ciertas esencias entre unas cenizas del pasado que hasta el momento sólo dejaban percibir una cierta desolación.
La Guerra de la Independencia parecía que únicamente se podía basar en la lucha de los guerrilleros, que desde 1908 comenzó a alcanzar tintes mitológicos. En cambio, un ejército, el Ejército regular español, que había luchado durante los siete años del conflicto bélico en las peores condiciones, volvía a ser marginado, cuando no olvidado. Ahora estamos en un momento en el que se debe y se puede recuperar aquella imagen de resistencia en las condiciones más difíciles. Contra todas las adversidades.
Por otro lado, debemos evitar la falsa mitificación de los nacionalismos locales que cultivan la imagen, por desconocer la Historia, de unas Juntas Provinciales como si fueran el origen de las actuales autonomías y el posible fermento de insalvables diferencias regionales. Las Juntas, muchas de ellas, tuvieron una máxima autonomía, es cierto, pero esto no les impidió caer en un egoísmo traducido en una desorganización de la resistencia. Todo esto es Historia y se encuentra en sus anales. España puede y debe no sólo afrontar el reto de este segundo centenario, sino revisar y asumir determinados hechos históricos con un carácter más ponderado para colocarlos en su verdadero contexto.
Uno de los trabajos a llevar a cabo durante este largo periodo del bicentenario debería ser la puesta al día de la bibliografía existente, con el ánimo de ayudar tanto al investigador como al aficionado a la historia de los tiempos de la Guerra de la Independencia española.
Posiblemente nuestra historiografía peque de falta de renovación. La historia española parece seguir algo lastrada por los conceptos escritos durante el primer centenario, cuando éste actuó como una especie de catalizador para reescribir una historia repleta de tintes que ahora se considerarían demasiado «nacionalistas». Lo mismo sucede con campañas o determinadas batallas. Las historias escritas en el Reino Unido, por desgracia, a diferencia de las francesas, no funcionaron como elemento compensador, sino más bien como revulsivo en los historiadores españoles.

8.12.06

EL ÁNGEL DE LA MONCLOA

Es como la Victoria Alada, pero en esperpento.