23.4.06

EN CUEROS VASCOS

Famosos cueros vascos del señor Tunick

ÁNIMAS Y ANIMALITOS EN CUEROS VASCOS

A la luz de la Psicología Circular (Facultad de Ánimas Vagabundas) de la Universidad de Trapisonda, el comportamiento acaba donde empezó, o sea, en el ansia de enseñar el culo y otros aspectos del organismo, como cuando se nace sólo con el pecado original a bordo. Parece que el ansia de despelote es una regresión a la inocencia perdida, pero no: es la representación del futuro, cuando todos seamos cuerpo, casi cuerpo ajeno y repetido. No hay mayor igualdad que la piel, salvo en el caso de los leprosos; pero no hay mayor igualdad que la lepra cuando todos la padecen.

La Junta de Gobierno de los Rectores se ha hecho una pregunta que debe contestarse desde la psicología y desde los arquetipos de Jung: ¿Por qué el hombre desnudo y en masa no parece hombre, o sea, sujeto de derechos y obligaciones? Será porque el hombre es, obligatoriamente, «persona». Civilización, cultura y sociedad suelen basarse en algo bien sencillo: «decantar». El conocimiento científico «decanta» no sólo lo verdadero de lo falso sino lo que «se parece» de lo que no se parece, o sea, busca similitudes y diferencias tomando buena nota de ellas. Así es como los pueblos cultos saben que el Elefante es de más tamaño que el Hombre y que el hombre no tiene rabo, al contrario que el elefante.

Quieren los psicólogos y los psicólogos sociales que Persona venga directamente del sustantivo que indica máscara teatral. En el mismo español “personal” es la parte visible de uno: “Tiene un bello personal”, o sea, una bella presencia. Lo que nos lleva a que nuestra persona es lo que dejamos ver, la máscara con que nos vestimos, porque el hombre desnudo sería demasiado indiferenciado y, más, demasiado duro de roer. Tan duro de roer que hemos tenido que inventarnos otro tipo de personas, las de confianza o personas jurídicas, que esas sí deben de ser transparentes. Las personas físicas, o sea, nosotros, somos opacas y tirando a oscuras. Y dato curioso: nadie ha inventado las Personas Espirituales, salvo que se tomen las Personas Divinas como personas espirituales.

Hay un momento en que la Psicología Circular atrapa a los pueblos compuestos por personas y les devuelve al estado salvaje, es decir al estado infantil en que todo parece posible. Incluso decir la verdad: «en niñez y en vino véritas». Claro que se trata de una falsa niñez, porque en el adulto la desnudez es otra forma de encubrir el ánimo verdadero y ocultar mucho fingiendo que nada se tiene que ocultar: lo que en el niño es inocencia en cueros, en el adulto es barbarie y, a veces, regodeo. Veamos la configuración: si algo tiene la «persona» es que es singular. Se supone que única. Las Personas Físicas sólo pueden ser singulares y nadie está autorizado a tener dos personas o más. Personalidades múltiples, sí; personas múltiples, no. Lo contrario a ciencia y sociedad, que diferencian, es el cuero vivo, que iguala ante el ojo y ante la consideración, o sea, que deshumaniza, que hace que prevalezca la parte animal indiferenciada sobre la parte humana que insiste en alzarse como ser aparte de cualquier otro, ya humano, ya cuadrúpedo.

El Hombre no es sólo el único animal que hace herramientas y se cautiva a sí mismo. También es el único que se viste. Y nos vestimos para que tiemble el misterio. La hermosa mentira de la sonrisa más la hermosa mentira de la moda más la hermosa mentira de la palabra. Disimulo y misterio como atractivos casi fundamentales y no sólo para el apareamiento. Si fuera posible su existencia, ¿qué pasaría con el hombre que dijera siempre la verdad, en especial la de sí mismo? Se viste el cuerpo porque se viste el pensamiento. Un cuerpo desnudo presupone un pensamiento pobre, como elemental,, casi como el que lleva a los perros a olfatearse los bajos, aunque el hombre olfatea con los ojos, porque las napias modernas sólo sirven ya como aposento de las gafas.

Nótese que parecen un campo de muertos del Holocausto

Lo que nos vuelve a los cueros vascos que fotografía el señor Tunick en San Sebastián. O la Eta o el Nacionalismo, a fuerza de insistir en que todos son lo mismo, han despersonalizado al “personal” que no tiene rebozo en prescindir del rebozo, en airear la carne común y a sentir como si el cuerpo o no fuera nada o lo fuera todo. Cromosomas iguales para espíritus domésticos. Una sola mente, separatista, disponiendo de muchas personas, en contra, como sabemos, de lo natural: un cuerpo, un alma. O sea, gente condenada a perder la medida de las cosas y a volverse naturaleza falsa, artificial y algo barriguda, porque la raza vasca no es precisamente una raza hermosa. De ahí la boina.

O, como dijo un griego clásico, “outos ho fobos en aidó kaloumen”, “ese miedo que llamamos pudor”, que falta porque hay un miedo mayor cuando se entra en el recinto del espíritu y se encuentra vacío, oscuro y con telarañas. El miedo que es el progreso de la pelleja.

El Rector Personal Jaime.

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